Hoy, 26 de agosto, el mundo de la moda vuelve a teñirse de luto para despedir a una de las grandes diseñadoras de las últimas décadas, Isabel Toledo. Según han informado diversos medios estadounidenses, la creadora cubana ha fallecido a los 59 años de edad en un hospital del distrito de Manhattan, en Nueva York, a causa de un cáncer de mama, como ha confirmado su esposo Rubén Toledo.
Nacida en Cuba en 1961, emigró a una temprana edad a la ciudad neoyorquina donde comenzó a dedicarse a la costura. En 1985 presentaba su primera colección y pese a que los años posteriores su nombre comenzaba a resonar en la industria, no alcanzaría la máxima popularidad hasta 2008, año en el que Michelle Obama elegía uno de sus diseños para la investidura de Barack Obama. Desde ese momento, Toledo comenzó a ser reconocida con premios como el Couture Council Award o el Cooper Hewitt National Design Award, otorgado por el Smithsonian Museum.
Con personalidad y estilo propio, desde sus comienzos en la década de los 90 siempre ha rechazado formar parte de pasarelas o eventos de esa índole, presentando sus desfiles en museos. A pesar de ello, durante un breve periodo de tiempo ocupó la dirección creativa de Anne Klein.
Un icono en el terreno textil que desde que apenas era una adolescente ha contado con un apoyo incondicional, su marido, el reconocido ilustrador Rubén Toledo. No solo en el ámbito personal sino que la pareja también formaba un gran equipo en el ámbito profesional, llegaron a ser reconocidos con el Premio Nacional de Diseño de Moda Cooper Hewitt en 2005 y el Fashion Visionary Award, fundado en 2006 por Roosevelt para promover el diseño en EE.UU. El trabajo más reciente y también uno de los más destacados por parte del matrimonio fue Labor and Love, una exhibición realizada en el museo Detroit Institute of Arts (DIA) donde dejaban ver esculturas, pinturas y dibujos que habían creado tomando el DIA como inspiración.
El talento de la diseñadora cubana siempre será destacado en el mundo de la moda y pese a su despedida, la huella que ha dejado en la industria perdurará en el tiempo. ¡Hasta siempre, Isabel!
